Amigos Antagónicos

Microcuento light #8512

Posted in Mi transpiración... by neztha on May 19, 2011

Ya habían pasado dos horas para romper el hielo, cuando en medio del frío aire acondicionado del bar, nació la oferta: un temblor.

No cúmulos de pluralidades metafóricas bañadas en poesía barata. Un temblor. Uno que englobara todas las palabras, sensaciones, miedos y alegrías.

Al país interesado le llamó la atención la oferta; le generó la necesidad. Hasta ese día vivía bien sin temblores, sin calores dentro de su territorio, pero este temblor lo necesitaba, le llamaba.

Sus habitantes internos pedían a gritos un sacudón de madrugada.

La negociación fue dura; debía ser de la manera más natural para no quebrar ningún equilibrio orgánico, pero con una intensidad salvaje para que ninguno lo olvidara.

Hasta que llegó la madrugada elegida con anticipación…

El temblor fue tan intenso que los que dormían con su cabecera viendo al este, despertaron mirando al oeste.

El temblor fue un éxito, no dejó en ningún rincón de ningún pueblo ganas de más. No hubieron damnificados ni fallecidos, aunque si, un corazón confundido…

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Microcuento light #1423

Posted in Mi transpiración... by neztha on May 18, 2011

Después de haber sido despertado por las ganas de cagar unas 14 veces, y tener posteriormente depresión «pos-descarga» (acá no aplica lo de pos-parto), decidió cambiar la rutina de sus días y salir ese día a trabajar sin bañar.

Todo resplandecía en el pueblo.

El sol calentaba, los colores vibraban, los niños sonreían y las mujeres coqueteaban.

Así, añejo y despierto desde temprano por su evacuación mañanera crónica, sintió ganas de vivir…

Y así, el día que más quería vivir, no se fijó al cruzar la calle, y murió…

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Microcuento light #6129

Posted in Mi transpiración... by neztha on May 17, 2011

No me voy a quedar antojado de tu espalda.

Menos de tu nariz.

A tu espalda la quiero para sentir sus músculos retorciéndose de placer.

Tu nariz para sentir la respiración agitada, descontrolada y falta de ritmo de minutos y horas sumadas de más placer.

Al final, si es que hay final, cubriré tu cuerpo con una sábana, como quien tapa una herida, o el Sol con un dedo, solo para verte de nuevo inalcanzable, y nazca de nuevo el deseo…

Cómo solucionar problemas…

Posted in Sin categoría by neztha on febrero 24, 2011

Para resolver problemas, es indispensable primero entender si son un rompecabezas, un obstáculo o un enredo.

Un rompecabezas sólo necesita ser analizado con cuidado: es como desenrollar una bola de hilo y requiere paciencia más que ninguna otra cosa.

Un obstáculo debe ser superado: hay que usar fuerza y perseverancia para ya sea destruir o apartar lo que nos está bloqueando.

Un enredo nos atasca en un laberinto de limitaciones: esta situación es de lo más peligrosa; requiere que usemos todos nuestros recursos para lograr salir del laberinto tan rápido como sea posible.

Sin embargo, sin importar cuál sea el problema, es importante no tomar la cosa como un todo. Descomponer los problemas en componenetes más pequeños, los hace más fáciles de manejar.

La mayoría de las situaciones problemáticas son una combinación de rompecabezas, obstáculos y enredos; al fracturarlos en estos elementos más básicos, pueden ser manejados con facilidad. Incluso las dificultades más grandes pueden ser resueltas cuando son reducidas lentamente.

Entonces, los nudos de la vida se desatan tan fácilmente como si fuera magia…

Estados inteligentes…

Posted in Mi transpiración... by neztha on febrero 22, 2011

«No me gustan las frases de personas más inteligentes que yo», es la frase más inteligente que he leído en mucho tiempo… Las «citas famosas» se han convertido en un cáncer en las redes sociales solamente comparables con Farmville y los juegos de su calaña.

Ahora, eso sí, es algo de lo que todos hemos pecado; el asunto es que todos pecamos de manera diferente. Debe de ser patético encender la compu, y aparte de abrir Facebook, abrir en otra ventana la página favorita de citas famosas, para encontrar una que resuma nuestro estado de ánimo. Ya lo dije, patético.

¿No es más fácil escribir con palabras propias cualquier arrebato mental que nos salga? Por eso prefiero Twitter; está cargado de irreverencia, ocurrencias aleatorias y de los pensamientos más retorcidos de nuestras mentes. En Facebook simple y sencillamente se termina escribiendo lo que sea más «digerible» para la masa, para mis padres, familiares, y los pocos amigos, además del 80% de extraños «amigos».

En Twitter la gente se une por sus afinidades, no porque nos hemos topado un par de veces en un bar.

¿Es posible que todo el mundo se tome de manera literal todo lo que se pone? Pues yo les confieso (#yoconfieso en Twitter), que cuando estoy medio tristón, lo último que quiero es que todo el mundo se de cuenta. Cuando estoy alegre en cambio, estoy más anuente de reírme de mi mismo y mis desgracias, por lo que comparto muchas veces la estampida de divagaciones que salen de mi cabeza en esos momentos tristones, pero que pasaron no ayer, sino hace varias semanas y ya han sido debidamente superados.

Tengo un contacto que no voy a nombrar, que siempre pone frases de canciones, y no es porque sienta lo que dice la canción en ese momento; simplemente comparte algo que le llamó la atención en un instante, y no necesariamente se siente así. Qué estúpido pensar que si uno publica una canción, es porque va «dedicada» a alguien al mejor estilo de programita de radio romántico. O porque es parte de como uno se siente. Estúpido.

Yo escucho por lo menos unas 6 horas de música al día, y muchas veces comparto cosas que voy descubriendo o recordando, y no porque quiera que todo el mundo sepa que escucho «x» o «y» cosas y declararme muy indie o muy metal o muy electro. Mucho menos porque la letra me refleje; es simple y sencillamente porque son cosas que en el momento quiero compartir, cosas nuevas, que alguien le puede significar en descubrir algo nuevo, o recordar porqué no le gustaba algo viejo.

Asociar directamente los estados o enlaces de Facebook con un estado de ánimo, es la cosa más facilista e inmadura que he visto para «evaluar» o conocer a alguien. Y digo evaluar, porque muchas veces, por lo que nos sigue la gente, es para ver en que «hueco» andamos metidos, cuántos días duró la fiesta del fin de semana, o a la par de quien me etiquetaron. El nivel de acoso a la privacidad es enorme, y salados los ignorantes, pero nunca (por lo menos en mi caso) refleja lo que realmente está pasando en ese momento.

En Facebook todo se recicla; en Twitter todo se crea (o retwittea). Tengo una «amiga» que publica mis estados de Facebook de hace meses; seguro le sirven para su momento, pero ¿porqué no crearlos? ¿Porqué no buscar en propias palabras lo que se piensa? Aunque sea transgresor o no vaya a ser del agrado de todos, es mejor decir lo que se piensa o se siente, según las libertades que se de cada individuo para compartir-se ante la masa.

Volviendo a las citas, las maneras que creo que son aceptables, es cuando uno las saca del libro que esta leyendo, de una película o escena que no se sale de la cabeza, o de una canción que empieza a ser favorita. Una cita para reflejar un estado de ánimo sigue siendo patético. Así como patético es interpretar a la ligera y de manera literal todo lo que se lee. Así como es de patético opinar acerca de todo lo que se lee. Así como es de patético hacer un berrinche por leer algo que no nos gusta.

Consejo: compartir estados atemporales; compartir algo hoy, que en quince días podamos seguir hablando de eso. Hay idas al baño, peleas con los novios, y un largo etcétera que poco nos importan.

Ahí se las dejo… (iba a terminar con una frase, pero ya no)

La muerte…

Posted in Sin categoría by neztha on febrero 18, 2011

Nada de la persona muere en el sentido de que sus partes constituyentes sean totalmente erradicadas de toda existencia.

Lo que muere es meramente la identidad, la identificación de una colección de partes a la que llamábamos una persona.

Cada uno de nosotros es un rol, como un chamán vistiendo capas de togas con innumerables fetiches de significado.

Sólo las ropas y la decoración caen.

Lo que muere es sólo nuestro significado humano.

Aún queda alguien desnudo por debajo.

Una vez que entendemos quién es ese alguien, la muerte ya no nos molesta.

Tampoco el tiempo…

La risa como método de aprendizaje…

Posted in Mi transpiración... by neztha on febrero 15, 2011

Le pongo ese pretencioso título a este texto inclasificable de mi inclasificable blog, debido a todo lo que me ha enseñado reírme de mis errores cada vez que meto la pata.

Desde mi vida en familia, pasando por la profesional hasta mis actividades de ratos libres; todo momento de mi vida ha sido marcado por la facilidad de meter la pata; aveces muy hondo, aveces superficialmente, y muchas veces metiendo la pata y arreglando el daño sobre la marcha.

De eso se trata mucho la vida: prueba y error. Muchos cometen más errores que pruebas, y muchos nunca prueban, lo que es su error más grande.

La mejor manera de adoptar la risa, la auto-burla / auto-crítica, es con humildad. Una persona realmente humilde, con alta auto estima, sabe aceptar que se equivoca. El soberbio egocéntrico, vive su vida con miedo a fallar; por eso aveces no prueba, le cuesta salirse del molde y se siente muy bien en los colchones de seguridad que crea. Pero siempre, SIEMPRE sucumbe ante el humilde, y aprende.

Ser humilde no significa necesariamente agachar la cabeza; un ser humilde puede ser increíblemente sincero, hasta crudo en sus sentencias. Un humilde, aunque se enfrente a una cruda verdad, no va a ocultarla; más bien la enfrenta. Agarra el toro por los cuernos (en español criollo) y encuentra una solución pronta. Aunque la solución sea, que ya no hay solución.

Para enfrentar los problemas, alguien que sabe reírse de si mismo sabe cuándo dar un paso al frente cuando los demás se mantienen estáticos o se hacen a un lado. Sabe cuándo tomar la iniciativa y desafiar lo que se supone se debía hacer. No seguir el manual y dibujar su propio camino.

Lo cuestiona todo, nada es una verdad absoluta, aunque esto lo lleve a equivocarse o fallar estrepitosamente.

Hay gente que no usa lentes oscuros, sino los muestra. O sea, que los tiene como accesorio visual hacia los demás. Mucho les pasa también a quienes le ponen aros de lujo de circunferencias absurdas a sus carros, sacrificando la comodidad por el aspecto visual. Como si uno lo manejara desde afuera.

Alguien que se sabe reír de si mismo, usa sus lentes o sus aros, no los muestra. Son una herramienta, no un accesorio.

Comete errores – pequeños y no tan pequeños – por decir SI, donde todos los demás dicen “no es posible”.

Reinventa la manera de hacer las cosas una y otra vez, y posee la actitud para hacer que algo suceda.

Alguien que se sabe reír de si mismo es irreverente. Anda siempre explorando nuevos caminos en busca de la innovación, de algo que realmente importe.

Toma riesgos, riesgos arriesgados.

Tiene con sus compañeros, familiares y allegados miles de discusiones; y busca estar en desacuerdo de lo obvio para entender mejor las cosas, le da vuelta a la manera de ver y entender las cosas.

Con tantos riesgos, irreverencia y filosofía, termina no gustando a muchos, pero con su humildad, no hace las cosas por reconocimiento, sino por placer (de vivir, trabajar o compartir).

Alguien que se sabe reír de si mismo es humilde, ignora a los cínicos, firma sus acciones con su propia voz.

Alguien que aprende riéndose de si mismo, hace todas las cosas de corazón y no por compromiso.

Después de pensar en todo esto, cuánto me queda por aprender…

Saludos, y quedan advertidos de que los feos somos más, y algún día dominaremos el mundo…

Acerca del Amor y otras crisis…

Posted in Mi transpiración... by neztha on febrero 14, 2011
Publicado originalmente hace un par de años en PZ Full

Estamos en el mes de la flores, tarjetas cursis, promesas tontas, cenas caras, moteles llenos y virginidades entregadas. Si gente, llegó febrero y con el mes ese día en medio que algunos (y algunas) tanto esperan y algunos nos deseamos brincar. No voy a gastar tiempo contándoles lo que odio esa fecha, ya que se resume en que todas mi relaciones amorosas/afectivas, para bien o para mal siempre han terminado mal, aparte que mi naturaleza inconforme no me deja ver el mundo rosado y con olor a rosas en el que la mayoría de la población vive.

Así que no me voy a gastar contra San Valentontín, porque igual ni lo celebro. Yo celebro la Lupercalia, fiesta más original (y sabrosa) este febrero.

¿Qué demonios es la Lupercalia?; deberían de leer más.
La fiesta de los Lupercales (o Lupercalia), era una fiesta romana en honor a la fertilidad, que se celebraba más o menos del 13 al 15 de febrero; tenían un poco de rituales raros y a veces hasta espantosos, pero como uno lee y aprende solo lo que le conviene, en resumen celebraban la fertilidad de las mujeres, en medio de reuniones algo alocadas y lujuriosas, donde la gente bailaba desnuda y tenía relaciones sexuales, todo por amor a la fertilidad claro está. La descripción más parecida a una orgía que he leído en mucho tiempo.

Pues así, por crudo que parezca, empezó la festividad.

Pero en eso, como este mundo no puede ser perfecto y esa clase de demostraciones de amor parecían inmorales, llegó un Papa (de esos que viven con todos los lujos y sin hambre en Roma), y declaró la fiesta como pagana e inmoral (tuvo que haber estado o visto algo para llegar a esa conclusión no?), por lo que le encaramó el 14 de febrero como día de San Valentín (un mae que ni se sabe que existió, que casó en secreto a una pareja muy a lo Romeo y Julieta), y a partir de ese día siguen habiendo orgías pero en nombre de algo sin sabor, menos textura, que llaman amor.
(Este dato histórico no está confirmado por lo que puedo estar completamente equivocado, pero está entretenida la historia.)

Y así los verdaderos rebeldes celebramos la Lupercalia en medio de tanto corazón y promesas de cielo y estrellas, aunque sea de palabra y aunque no corramos desnudos, y no porque no queramos, sino porque no tenemos con quien.

Porque encontrar con quien es el principal problema para todo hombre, y es el desencadenante de montones de crisis. Se pierde la confianza (aparte de la práctica), se pierde plata por invitaciones sin futuro (a corto plazo-par de horas claro), en medio de esas “pulseadas” se puede dar uno un mal color de que a todo le entra, lo cual le resta puntos para futuras conquistas. En caso de ligar y estar “fuera de ritmo”, se puede dar un mal concepto del sujeto como amante, lo cual en el chisme diario de las mujeres, puede restar puntos a futuro, entre muchas otras que no vienen al caso o no puedo describir acá por asuntos de respeto y decencia (que muy pocas veces salen a relucir en mi).

No puedo opinar en esta columna acerca de cómo se sienten las mujeres ante sus necesidades, porque obviamente no soy mujer, y lo que pueda decir puede ser extremadamente machista, pero si creo que no dista mucho de las necesidades y deseos de los hombres; eso sí, siempre he creído que las mujeres tienen mucho más facilidad para poder ligar, ya que los hombres casi nunca decimos que no, lo que nos hace presa fácil.

Así que la conclusión de todo esto, es que deberíamos colaborarnos un poquito más entre nosotros y ser más abiertos en relación a conversaciones de sexo. ¿Qué necesidad hay en prometer amor eterno si las dos partes nada más necesitan un revolcón?

Algo inmoral? Quizá, pero quién no lo hace?

Quién no disfruta ese mundo de sensaciones inexplicables que nos da el sexo?

Hacer el amor está demasiado sobrevaluado y me lo imagino un poco aburrido, pero el sexo, el puro y sin vergüenza, el lleno de confianza y deseo, ese sexo si es sabroso, y es al que deberíamos de celebrarle no solo en febrero, sino cada vez que se pueda. Y si se siente amor por la otra parte de la ecuación, pues bienvenido sea, aunque a veces el deseo basta para hacer de lo más simple algo sublime.

A veces me topo con gente que se avergüenza de hablar de estas cosas (o me creen demasiado abierto). Esta bien no compartir asuntos propios de pareja, pero avergonzarse a estas alturas u ocultar el no haber tenido o disfrutado de una aventurilla sexual, si lo veo raro.

Estamos en la época de la historia en la que más explotación se le da a todo lo que tenga que ver con sexo. Hay SexShops en todas las esquinas, ver tetas ya no trae la misma sensación de culpa que hace diez años, en todas las revistas y periódicos salen modelos semi-desnudas todos los días-todas las semanas, la pornografía celular debería de convertirse en un nuevo género de cine, y las invasiones a la privacidad de la vida amorosa de muchos sale ventilada todas las semanas.

En este punto es el único donde no estoy de acuerdo. Mucha gente critica a los que se graban o toman fotos haciendo sus “cosillas”; grabarse y compartir con la pareja esas cosas no está mal. Mal está quien usa esas fotos o videos para repartirlas a los ojos morbosos. Por eso tengo mis archivos siempre bien guardados.

Pero en fin, cada quien puede hacer de su culo un papalote. Como buen charolatra.

Ahora la única duda que me queda, es que si con tanta crisis económica y recesión por todas partes, pueda llegar esto a hacer más grande a los que sufren de una crisis sexual.

Si no hay plata, no hay compra mensual de anticonceptivos (condones, pastillas, etc.), entonces no hay sexo. O se aplica el “coitus-interruptus”, y gente menos satisfecha por todas partes, desemboca en que la gente se busque otras parejas, lo cual resulta en más embarazos fuera de matrimonios, más madres solteras, más pobreza.

Las mujeres no quieren sexo porque no quieren hijos, y eso nos deja a los hombres sin pareja en la cama, dándonos consuelo con el famoso y muy utilizado “yo con yo”.

Para mientras las mujeres, salen a la calle con su ropitas provocativas, viéndose bien y haciéndose desear, pero trabajando de la manera más original y eficiente como un microondas ante los machos llenos de testosterona y ganas de saciar sus deseos “bajos y perversos”.

Así que no nos conviene una crisis sexualmente hablando, ya que está científicamente comprobado de que el sexo quita el stress, y si vamos a andar estresados por andar sin plata, por lo menos necesitamos un consuelo carnal para no morirnos de la “ahuevazón”.

Así que o bajan el precio de los anticonceptivos, o al final hombres y mujeres nos ponemos sinceros y llegamos a un acuerdo.

Si alguien tiene otra solución que avise. Se le agradecerá algún día.

Bueno pues espero que les haya ido bien en esta Lupercalia, sigan amándose si quieren pero después no sufran, y recuerden que los feos somos más, y algún día dominaremos el mundo.

(Febrero 2009)

Vive…

Posted in Sin categoría by neztha on enero 22, 2011

Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y…
Tuve miedo de perder a alguien especial
y termine perdiéndolo
¡¡pero sobreviví!!
¡¡Y todavía vivo!!
No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar …
¡¡¡VIVE!!!
Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía,
por que el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante.

Memento mori…

Posted in Sin categoría by neztha on enero 7, 2011

Alguien debería decirnos desde el principio de nuestras vidas que nos estamos muriendo. Entonces, tal vez, viviríamos al límite cada minuto de cada día. Hágalo digo yo. Cualquier cosa que quieran hacer, háganla ahora. Hay sólo algunas mañanas.

-Michael Landon

Memento mori es una expresión latina que significa “recuerda tu mortalidad”, o “recuerda que eres mortal”. Estas palabras han dado nombre a un tipo de arte destinado a recordar a la gente su condición finita.

En la antigua Roma,  en los desfiles celebrando la victoria, había un esclavo junto al general victorioso que le susurraba al oído continuamente esas palabras.  Aunque es posible que se usaran estas otras: “Respice post te! Hominem te memento!” “Mira tras de ti, recuerda  que eres un hombre”. Esta frase servía  de antídoto contra la soberbia y la euforia que distorsiona el juicio en los momentos de éxtasis.

En otro sentido, aunque no tan diferente, Montaigne hablaba de que debíamos vivir con una ventana abierta a un cementerio, y Proust nos advertía que no necesitábamos un cataclismo o una desgracia para empezar a valorar la vida cotidiana, que nos embota la sensibilidad, sino que nos bastaba con recordar que somos humanos y que esta misma noche puede llegarnos la muerte.

El profesor Keating, en una de las escenas más famosas de El club de los poetas muertos, nos sugiere  algo parecido y usa la expresión también latina Carpe diem, “Aprovecha el día”, el reverso o consecuencia práctica  de Memento mori.

Quisiera que se acercaran aquí y examinaran estas caras del pasado. Las han visto al pasar, pero no se han parado a mirarlas. No son muy distintos de ustedes ¿verdad? El mismo corte de pelo… repletos de hormonas, igual que ustedes. Invencibles, como ustedes se sienten… todo les va viento en popa, se creen destinados a grandes cosas… como muchos de ustedes… ¿creen que quizá esperaron hasta que ya fue tarde para hacer de su vida un mínimo de lo que eran capaces?

Porque estos muchachos están ahora criando malvas ¿comprenden señores? Pero si escuchan con atención podrán oír cómo les susurran su legado. Acérquense, escuchen… caaaarpe, caaarpee diem; aprovechen el momento, chicos, hagan que su vida sea extraordinaria.

El Carpe diem no tiene un enfoque simplemente hedonista sino que supone la constatación de la fugacidad de las cosas y la exhortación a  hacer algo significativo con el tiempo del que disponemos.

Economía y poesía del instante

Desde un punto de vista económico, lo finito de nuestras vidas convierte a cada uno de nuestros días en un bien escaso, y todo lo escaso se vuelve siempre más valioso. Aunque sólo fuera por esta fría constatación, deberíamos tener más cuidado con la manera en que empleamos nuestra energía. Esta certeza debería animarnos aún más a emplear la regla de 20% esfuerzo/80% resultados, enfocar nuestros esfuerzos mejor y dedicar nuestra existencia a actividades más significativas. Tengo la sensación de que lo olvidamos y  vivimos como si fuéramos a vivir siempre, y por tanto no nos preocupa el derroche del tiempo.

Los poetas son también distintos:  pueden apreciar algo, por minúsculo o insignificante que parezca, y consiguen capturar  el instante y librarlo de la grisura y la indiferencia. El haiku, ese genéro poético japonés de tema generalmente naturalista,  intenta recoger esos momentos mínimos de la vida y elevarlos en la conciencia:

Un lago tranquilo

se zambulle una rana

el canto del agua.

-Matsuo Basho

Sin embargo, los que no somos economistas ni poetas necesitamos perder las cosas para  valorarlas, o sentir la inminencia de la pérdida. Todavía no he conocido a nadie que tras la constatación intelectual de su finitud viva el día “como si ese fuera el último día de su vida”, tal y como nos recomiendan los autores de auto-ayuda. A nadie le impresiona mucho esa frase tan rimbombante, y eso teniendo en cuenta que si la repetimos todos los días y vivimos de acuerdo a ella un día finalmente tendremos razón. La escuchamos, la comprendemos y seguimos con nuestros asuntos habituales actuando de la manera habitual.

Sentimientos agridulces

Los psicólogos de las emociones hablan del sentimiento agridulce, bittersweetness,  del estar disfrutando algo y ser consciente al mismo tiempo -con  un cierto toque de tristeza o melancolía- de que acabará. Esto se aplica  a los acontecimientos que ocurren una sola vez en la vida ( matrimonio, primer beso), podrían no volver a ocurrir (ascenso laboral, premio deportivo)  o tardarán mucho en volver a ocurrir (eclipse, vacaciones).

En ellos, el fenómeno de habituación o adaptación hedónica no se produce, o es más moderado, y dado lo singular de la experiencia somos más conscientes de su próximo término y  podemos saborearla más. Claro está que hay que procurar que  lo agri-  de la conciencia del fin no supere a lo -dulce de la experiencia.

Podemos usar estratégicamente esta sensación de temporalidad y fugacidad de las cosas como una manera de  intensificar el instante que estamos viviendo. Y podríamos hacerlo todos los días abriendo metafóricamente una ventana al cementerio. La antigua costumbre de bendecir los alimentos que vamos a comer puede ser una reminiscencia de los tiempos en que la comida en la mesa no estaba asegurada todos los días y la bendición  era una manera de realzar el momento. Quizá sería bueno crear algún ritual personal que nos permitiera lo mismo.

En definitiva, se trata de no dar las cosas por sentadas, incluso aquellas a las que estamos acostumbrados, y valorar  los instantes en su individualidad. También es una actitud minimalista y esperanzadora el darse cuenta de que casi  cualquier cosa que nos pase o hagamos es única en sí misma y puede ser apreciada.

Me propongo morir joven… lo más tarde posible.

-Homo Minimus