Amigos Antagónicos

Porqué debemos ser optimistas…

Posted in Mi transpiración... by neztha on julio 30, 2010

Muchas veces me encanta tener la razón, por lo que siempre soy un pesimista notable… aparte de eso, me encanta la aventura e intento ver con exagerado optimismo cada nuevo proyecto del que soy parte; si al final termina en fracaso, pues por lo menos se intentó.

Ahora, un día en medio de cavilaciones de psicópatas, salió al aire la duda, de que cómo siendo tan optimista en mi área laboral-profesional-de aficiones, pude caer en los hoyos profundos, oscuros y sin sentido de la depresión… La respuesta no la encontraron tres terapeutas, una ex, y menos yo…

Muchas veces hablando con la gente me dicen: «gracias por llenarme de ese optimismo!»; y mi pregunta es «cuál!?»… que me ría de mis desgracias no significa necesariamente que sea feliz, pero el hecho de no ser completamente feliz, no me impide reírme del mundo…

Así que acá va este pequeño manifiesto, de cosas que pienso yo, justificarían siempre ser optimista:

-El optimismo no significa ser positivo ante algún reto de la vida, sino saber que se está preparado de la mejor manera… estar en estado optimo, ajustado, centrado y concentrado; no dejarse distraer por el «que pasaría si», sino ser fiel a la visión que tenemos del reto, de como enredarnos, y como salir del enredo…

-Ser optimista no signica que necesariamente todo va a salir bien; es tener la actitud de aceptar que las cosas pueden salir mal.

-Ser optimista empieza con una sonrisa en tu cara después de tu primer fracaso.

-Hay que ser claro: ser optimista no es fácil; hay que tener demasiado autoconocimiento e inteligencia emocional.

-El pesimista siempre es el primer reto del optimista.

-El optimista sabe que aunque ande con los cordones sueltos, no va a tropesar.

-Ser optimista requiere de lapsos cortos de pesimismo para auto evaluarse.

-Un optimista jamás puede estar en ambos lados (pesimismo-optimismo) al mismo tiempo; se casa y divorcia con alguno de los dos de acuerdo a cada situación.

Ahora si, ¿porqué debemos ser optimistas?… Pues porque por más bajo que hayamos caído, el instinto natural del ser humano nos hará levantar. A nadie le gusta vivir sumido en las sombras de fracasos, malos ratos o experiencias. Siempre, pero SIEMPRE, hay que trascender.

Cada nuevo aprendizaje, y por ende cada nueva experiencia, nos hará cambiar nuestra mentalidad, nuestra madurez, nuestras acciones e interacciones con los demás. Cambiaremos con cada paso, con cada brisa en el pelo, con cada arruga, con cada sonrisa. Y todos estos momentos nos harán sentir vivos, útiles para el mayor propósito de nuestras vidas, el cual es nada más y nada menos que VIVIR. Aprovechar que somos novios, padres, hijos, amigos y hasta enemigos… Saber que somos parte del mundo, que de acá no vamos a salir, así que hay que aprovechar cada minuto para conocerse a uno mismo, conocer el mundo, y sonreír. Se vale llorar, claro, pero que cada lágrima sea compensada luego por dos sonrisas…

Hoy ando pasado de optimista… me imagino que es por ser viernes…

Hace días no escribía esta línea, pero ya me hacía falta: que estén todos bien, y recuerden que los feos somos más, y algún día dominaremos el mundo…

Deja Vu…

Posted in Sin categoría by neztha on julio 29, 2010

Te he vuelto a observar… aveces te veo entre aceras, te evito cuando sé que estás…

Pero hoy te volví a ver a los ojos… esos ojos cafés, grandes, alegres pero que guardan miles de misterios… de los cuales un día, una madrugada quise ser parte…

No puedo imaginar que hubiera pasado si esta historia no hubiera sido trágica… si todas las ganas y el disfrute de instantes hubieran sido alargados por no ser quienes somos, por no tener que rodearnos de quienes nos rodeamos…

Me he acostumbrado a aguantarme las ganas… miles de cosas han estado a un [enter] de ser enviadas, comunicadas y confesadas… no serían palabras vacías, necesito que lo sepas… no serían estribillos gastados de canciones que todos cantan… sería mucho más que eso, describiendo este sentimiento que donde lo guardo, es mucho menor que todo…

Hoy te volví a ver… como eres… como sueñas… como ríes… como miras…

Deja Vú de esa madrugada/amanecer… en la que no pudimos hacer más que preguntarnos qué estábamos haciendo…

Tal vez lo más suicida sea decirte la verdad… Preferí callar… A esta hora de la vida es lo mejor…

Mis olvidos son más interesantes que mis memorias…

Posted in Mi transpiración... by neztha on julio 21, 2010

Hace un par de días me escribió un buen amigo que no conozco en persona (o si?), y me preguntó que porqué en este espacio he dejado de escribir mis «memorias»… lo cual me asustó un poco porque siempre he carecido de la misma.

De hecho, que recuerde, nunca he escrito memorias: acostumbro a decir lo que pienso, lo que siento, lo que vivo en ciertas circunstancias, o les cuento «cuentos inmorales» (no por indescentes sino porque no tienen moraleja)… las memorias se las he dejado a los viejos que piensan que no hicieron lo suficiente de jóvenes y ahora nos bombardean con libros de memorias como para dictarnos que debemos de creer de ellos solo porque son viejos… pero eso es otro tema.

Pero igual esta contrariedad entre mi lector y la manera como escribo me han hecho pensar: ¿todo el mundo piensa que lo que escribo acá lo he vivido? ¿cada cosa acá o en el par de páginas en que he escrito, la gente cree que es mi día a día?… eso y muchísimas preguntas que solo la gente que me lee, familia y amigos me podrían contestar.

Entonces se me ocurrió «pues les contaré algo real!» Bizarro pero real.

Hace unos días, en medio de una conversación alaeatoria, alguien me dijo «yo me lo imaginaba a usted diferente». Como si no fuera lo suficientemente difícil lidiar con mis inconstancias, ahora tengo que lidiar con las personalidades con que me etiqueta la gente. Tuve que hacer la pregunta de rigor: ¿porqué? -«Pues por todas las cosas que me han contado que usted ha hecho», a lo que vino la pregunta «cómo qué?»… ¿para qué pregunté?

En resumen me contaron que yo era el autor de un video de porno casero (LOL! ni celular uso!), donde en una fiesta un par de muchachas tenían sexo con un pepino… Yo, que he sido y podido ser un montón de cosas, ante los ojos de cierta gente soy director porno con afición a las verduras!!!

Mi memoria es tan mala que ni siquiera recuerdo haber estado o ser partícipe de un festín tan aberrante y creativo, y creanme, he estado en medio de MUY BUENAS FIESTAS, pero ninguna hasta el momento ha incluído pepinos (o verduras en general, frutas, similares y afines)…

De esta «memoria» (que ni siquiera es mía, sino que me involucraron por la pésima reputación que siempre exagera la gente), he sacado un par de conclusiones:

1. Definitivamente la gente siempre opina por lo que ve, no por lo que sabe. Así que no pequen de ignorantes antes de opinar. Por favor…

2. Debería de hacerme una sanación con Chamán, o hacerme pastor de alguna iglesia; esto último parece que compra la salvación de cualquiera y de pronto se hace uno el héroe… aparte de millonario.

3. Cuando mi hijo me pregunte «Papá es cierto que…» voy a tener que estar preparado para cualquier cosa…

4. No importa que tan bien haga uno sus cosas, siempre habrá alguien deseando que las cosas las haga mal, poniéndolo a uno en situaciones absurdas, o mal interpretando conversaciones, saludos y buenos deseos…

5. (pedrada) Lo más patético que puede hacer un ser humano, es inventarse que uno se coje a su ex, para el poder cojerse a la de uno…

6. Si no fuera lo suficientemente patético ser un vividor mama-huevos/lame-culos, es más patético aún (y ridículo) rodearse de mama-huevos/lame-culos para sentirse importante; y peor creerse sus historias…

Así que en conclusión, no cuento mis memorias porque son demasiado aburridas: paso el 80% del tiempo solo, ya sea escribiendo, escuchando música o simple y sencillamente haciendo «nada»; el resto del tiempo me la paso trabajando e inventando lo que ya está inventado.

A partir de ahora mejor cuento las memorias que tiene la gente de mi, parecen más emocionantes, sexualmente más activas (actividad casi nula en la realidad), más creativas, y se hacen públicas mucho más rápidamente que cuando hago algo de caridad, ayudo en lo que puedo a mis amigos, o le enseño a comunicarse a mi hijo como si fueramos amigos. Historias todas, que me imagino que pueden aburrir a el público lleno de MTV, E Entertainment e Intrusos de la Farándula (nada personal claro!).

Yo, prefiero contar mis fantasías, mis anhelos cursis disfrazados de dureza e integridad emocional, y todas mis carencias de inteligencia; en fin contar todos mis olvidos, que son más interesantes que mis memorias…

Los Inmortales…

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on julio 20, 2010

Hasta nosotros sube de los confines del mundo el anhelo febril de la vida: con el lujo la miseria confundida, vaho sangriento de mil fúnebres festines, espasmos de deleite, afanes, espantos, manos de criminales, de usureros, de santos; la humanidad con sus ansias y temores, a la vez que sus cálidos y pútridos olores, transpira santidades y pasiones groseras, se devora ella misma y devuelve después lo tragado, incuba nobles artes y bélicas quimeras, y adorna de ilusión la casa en llamas del pecado; se retuerce y consume y degrada en los goces de feria de su mundo infantil, a todos les resurge radiante y renovada, y al final se les trueca en polvo vil.

Nosotros, en cambio, vivimos las frías mansiones del éter cuajado de mil claridades, sin horas ni días, sin sexos ni edades.

Y vuestros pecados y vuestras pasiones y hasta vuestros crímenes nos son distracciones, igual y único es para nosotros el menor momento.

Viendo silenciosos vuestras pobres vidas inquietas, mirando en silencio girar los planetas, gozamos del gélido invierno espacial.

Al dragón celeste nos une amistad perdurable; es nuestra existencia serena, inmutable, nuestra eterna risa, serena y astral.

Quesares y sabeques…

Posted in Sin categoría by neztha on julio 19, 2010

Si supiera quererte querría que me quieras si quisieses saberlo, si pudieses quererme te querría sí querida y ni siquiera lo sabría…

Si supiera que quererte es querer, ser requerido, si sabría lo que quiero y por supuesto que he sabido, te hube querido a sabiendas, sabiéndolo tu querido porque querida yo sé que me has estado queriendo…

¡Y lo supe porque quise, y te quiero porque sé cómo supieron quererte!

Es tu sabor ¿Querías saberlo? sabés querer… y el que quiere querer, querer sabe. Como saben los que quieren, como tantos se quisieron, como algo nos quisimos… ¿Y si todos se quisieren?

Tampoco es cuestión de andar queriéndolo todo, quiero quererte y sabés, cuánto nos hemos querido, supimos querernos mucho y que se sepa que te quise… Por eso quiero saber, como pude haber sabido ¿Cómo quieren los que saben? ¿Sabrán querer los sabiondos, los querendones sabidos? Los sabelotodo quieren y supieron ser queridos, si vos supieses quererme, si hubieras querido saberlo, sabrías que nos queremos más de lo que supimos y menos de lo que sabremos…

Te quiero, lo sé. Sé lo que quiero saber pero si no me querés, no quiero saber más nada.

Me voy a vivir a La Montaña…

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on julio 16, 2010

Hoy no voy a cantarle al sol, ni al mar,
ni a las estrellas, ni a casitas de muñecas.
Hoy sólo quiero contar cómo me siento,
estoy viviendo un dia en blanco y negro.

Asi, que no me vengan a hablar de amor
porque yo soy un monumento al malhumor.
Y mi sonrisa siempre fue una mala actriz,
¿Cómo puede una ciudad estar tan gris?

No hay luz en casa pero con la vela alcanza
para alumbrarme la amargura, dos o tres puntos de sutura
No hay luz en casa pero con la vela alcanza
Y en un reves a mi destino, un dia de estos yo me animo.

Hoy no hay metaforas, voy a ser sincero,
las cosas no me estan saliendo como quiero.
Es una tarde en la que siento que una fiesta
seria dormir treinta y cinco años la siesta.

De vez en cuando caigo en estos agujeros.
Pide licencia el humor que siempre tengo
Soy mil de azucar para una sola de sal
Tengo derecho yo a sentirme un dia mal

No hay luz en casa pero con la vela alcanza
para alumbrarme la amargura, dos o tres puntos de sutura

Y en un reves a mi destino, un dia de estos yo me animo.

Me voy a ir a vivir a la montaña,
donde todo es poco, pero igual alcanza
Me voy a ir a vivir a la montaña,
y que me despierte el sol a la mañana.

Me voy a ir a vivir a la montaña,
donde todo es poco, pero igual alcanza
Me voy a ir a vivir a la montaña,
y que me despierte el sol a la mañana…

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Limeranza…

Posted in Mi transpiración... by neztha on julio 9, 2010

Un día camino a una fiesta, iba dialogando con mi hermana, la cual me contó la siguiente historia…

«Usted sabe cómo se enamora la gente? pues escuche: es un asunto químico que se llama Limeranza; según el profesor, todo el revoltijo de hormonas y choques eléctricos de las emociones, se transforman en un olor que sale nada más y nada menos que por el culo…»

Ya pensarán ustedes estimados lectores de las emocionantes charlas que tenemos siempre.

Pues así es; según esa explicación, la causa de todos nuetros males, el enamorarnos, es culpa de un olor que nos sale del culo.

Este olor supuestamente, dura su tiempo, y si uno se enamora de dos personas a la vez, pues tiene dos olores en el culo.

Será medio grotesco, pero me causa exagerada gracia y eso explica el clásico dicho «anda picazón de culo», cuando anadamos que ni dormimos por otras personas.

Este olor o picazón de culo, solo puede ser sentida por la otra parte (la cual no será ninguna media naranja ya que todos somos naranjas completas en el mismo saco); la otra parte igual secreta su olor y picazón de culo y viceversa y así en cadena hasta que pase lo que pasa en mi querido pueblo Pérez Zeledón donde todos hemos andado con todas y nos compartimos todo entre «amigos»… Este olor o picazón de culo, tiene su fecha de vencimiento (como todo en la vida), supuestamente y según leí en un medio de dudosa procedencia, de ocho a dieciocho meses. En ese instante, pues parece que el olor desaparece, y según mi punto de vista, nace la costumbre que es la peor de las comodidades. Si podemos ser lo suficientemente creativos, podemos crear más limeranza (u olor/picazón de culo) con la misma persona cada cierto tiempo para siempre mantener esa risa de bobos y alegría durante meses o años. Lo cual sería lo ideal en un mundo lleno de clichés. En este quien sabe…

Ahora me nace una duda: ¿qué pasa si yo tengo limeranza por usted bonita lectora (si usted!), pero a usted no le muevo ni media neurona para hacer el proceso químico del olor/picazón de culo? ¿Mi olor se desperdicia? ¿Es una bala perdida que le cae a la más necesitada? ¿O es tan poderoso que por fin logro que le pique el culo a usted (si usted!) por mi? Son demasiadas preguntas pero ahi me las irá respondiendo (si usted!).

Ahora otra duda: en esta era de redes sociales y sexo cibernético, ¿es posible crear limeranza a punta de mensajes de texto, chats o twitter? ¿Cómo se comporta el olor/picazón de culo en ese caso? ¿Se manda por e-mail? Porque yo, por lo menos, si creo en que dos personas se puedan crear cierta ilusión en medio de estos medios (que intermedio), pero que se termina de sellar o termina en un rotundo fracaso a la hora de verse «en vivo». No hay nada que pueda reemplazar la sensación de piel con piel, un abrazo, un beso desinteresado o hacer «piojito» para darse cuenta lo que de verdad se puedan atraer dos personas de manera sentimental.

La verdad son muchas dudas, las cuales voy a tener que evacuar en un próximo viaje con mi hermana y nuestras particulares conversaciones acerca de nada…

Sigan secretando olores…

Harry y Goethe…

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on julio 6, 2010

Allí estaba el viejo Goethe, pequeño y muy tiesecillo, y tenía, en efecto, una gran placa de condecoración sobre su pecho clásico. Aún parecía que estaba gobernando, que seguía constantemente recibiendo audiencias y controlando el mundo desde su museo de Weimar. Pues apenas me hubo visto, me saludó con un rápido movimiento de cabeza, lo mismo que un viejo cuervo, y habló solemnemente:

-¿De modo que vosotros la gente joven estáis bien poco conformes con nosotros y con nuestros afanes?

-Exactamente -dije, y me dejó helado su mirada de ministro-. Nosotros la gente joven no estamos, en efecto, conformes con usted, viejo señor. Usted nos resulta demasiado solemne, excelencia, demasiado vanidoso y presumido y demasiado poco sincero. Esto acaso sea lo esencial: demasiado poco sincero.

El hombre chiquitín, anciano, movió la severa cabeza un poco hacia adelante, y al distenderse en una pequeña sonrisa su boca dura y plegada a la manera oficial y al animarse de un modo encantador, me palpitó el corazón de repente, pues me acordé de pronto de la poesía «Bajó de arriba la tarde» y de que este hombre y esta boca eran de donde habían salido las palabras de aquella poesía. En realidad ya en aquel momento estaba yo totalmente desarmado y aplanado, y con el mayor gusto me hubiera arrodillado ante él. Pero me mantuve firme y oí de su boca sonriente estas palabras:

¡Ah! ¿Entonces ustedes me acusan de insinceridad? ¡Vaya qué palabras! ¿No querría usted explicarse un poco mejor?

Lo estaba deseando:

-Usted, señor de Goethe, como todos los grandes espíritus, ha conocido y ha sentido perfectamente el problema, la desconfianza de la vida humana: la grandiosidad del momento y su miserable marchitarse, la imposibilidad de corresponder a una elevada sublimidad del sentimiento de otro modo que con la cárcel de lo cotidiano, la aspiración ardiente hacia el reino del espíritu que está en eterna lucha a muerte con el amor también ardiente y también santo a la perdida inocencia de la naturaleza, todo este
terrible flotar en el vacío y en la incertidumbre, este estar condenado a lo efímero, a lo incompleto, a lo eternamente en ensayo y diletantesco, en suma, la falta de horizontes y de comprensión y la desesperación agobiante de la naturaleza humana. Todo esto lo ha conocido usted y alguna vez se ha declarado partidario de ello, y, sin embargo, con toda su vida ha predicado lo contrario, ha expresado fe y optimismo, ha fingido a sí mismo y a los demás una perdurabilidad y un sentido a nuestros esfuerzos espirituales. Usted ha rechazado y oprimido a los que profesan una profundidad de pensamiento y a las voces de la desesperada verdad, lo mismo en usted que en Kleist y en Beethoven. Durante decenios enteros ha actuado como si el amontonamiento de ciencia y de colecciones, el escribir y conservar cartas y toda su dilatada existencia en Weimar fuera, en efecto, un camino para eternizar el momento, que en el fondo usted sólo lograba momificar, para espiritualizar a la naturaleza, a la que sólo conseguía estilizar en caricatura. Esta es la insinceridad que le echamos en cara.

Pensativo, me miró el viejo consejero a los ojos; su boca seguía sonriendo. Luego, para mi asombro, me preguntó: «¿Entonces La Flauta encantada de Mozart le tiene que ser a usted sin duda profundamente desagradable?»

Y antes de que yo pudiera protestar, continuó:

-La Flauta encantada representa a la vida como un canto delicioso, ensalza nuestros sentimientos, que son perecederos, como algo eterno y divino, no está de acuerdo ni con el señor de Kleist ni con el señor Beethoven, sino que predica optimismo y fe.

– ¡Ya lo sé, ya lo sé! – grité furioso-. ¡Sabe Dios por qué se le ha ocurrido a usted La Flauta encantada, que es para mí lo más excelso del mundo! Pero Mozart no llegó a los ochenta y dos años, y en su vida privada no tuvo estas pretensiones de perdurabilidad, orden y almidonada majestad que usted. No se dio nunca tanta importancia. Cantó sus divinas melodías, fue pobre y se murió pronto, en la miseria y mal conocido…

Me faltaba el aliento. Mil cosas se hubieran podido decir en diez palabras, empecé a sudar por la frente. Pero Goethe me dijo con mucha amabilidad.

-El haber llegado yo a los ochenta y dos años puede que sea, desde luego, imperdonable. Pero el placer que yo en ello tuve, fue sin duda menor de lo que usted puede imaginarse. Tiene usted razón; me consumió siempre un gran deseo de perdurabilidad, siempre temí y combatí a la muerte. Creo que la lucha contra la muerte, el afán absoluto y terco de querer vivir es el estimulo por el cual han actuado y han vivido todos los hombres sobresalientes. Que al final hay, sin embargo, que morir, esto, en cambio, mi joven amigo, lo he demostrado a los ochenta y dos años de modo tan concluyente como si hubiera muerto siendo niño. Por si pudiera servir para mi justificación, aún habría que añadir una cosa: en mi naturaleza ha habido mucho de infantil, mucha curiosidad y afán de juego, mucho placer en perder el tiempo. Claro, y he tenido que necesitar un poco más hasta comprender que era ya hora de dar por terminado el juego.

Al decir esto, sonreía de un modo tremendo, retorciéndose de risa. Su figura se había agrandado, habían desaparecido la tiesura y la violenta majestad del rostro. Y el aire en torno nuestro estaba lleno ahora por completo de toda suerte de melodías, de toda clase de canciones de Goethe, oí claramente la Violeta, de Mozart, y el Llenas el bosque y el valle, de Schubert. Y la cara de Goethe era ahora rosada y joven, y reía y se parecía ya a Mozart ya a Schubert, como si fuera su hermano, y la placa sobre su pecho estaba formada sólo por flores campestres, una prímula amarilla se destacaba en el centro, alegre y plena.

Me molestaba que el anciano quisiera sustraerse a mis preguntas y a mis quejas de una manera tan bromista, y lo miré lleno de enojo. Entonces se inclinó un poco hacia adelante, puso su boca muy cerca de mi oreja, su boca ya enteramente infantil y me susurró quedo al oído: Hijo mío, tomas demasiado en serio al viejo Goethe. A los viejos, que ya se han muerto, no se les puede tomar en serio, eso sería no hacerles justicia. A nosotros los inmortales no nos gusta que se nos tome en serio, nos gusta la broma. La seriedad, joven, es cosa del tiempo; se produce, esto por lo menos quiero revelártelo, se produce por una hipertensión del tiempo. También yo estimé demasiado en mis días el valor del tiempo, por eso quería llegar a los cien años. En la eternidad, sin embargo, no hay tiempo, como ves: la eternidad es un instante, lo suficiente largo para una broma…

Hermann Hesse – El Lobo Estepario

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Querido Lunes…

Posted in Mi transpiración... by neztha on julio 6, 2010

Te escribo hoy (ya martes), principalmente por miedo a que si al interrumpirte en tu fatídico y fastidioso día, afectaras aún más lo que me produces, me aturdes y antojas. Así que me imagino que pasará una vuelta de semana hasta que en tu día, a primera hora, recibas esta queja; esto solo puede ser evitado por un cataclismo antes de que se acabe el domingo, pero algunos no somos tan afortunados.

Te escribo irrespetuosamente para decirte lo que te odio; el puto lunes de mierda siempre es el día de las separaciones y despedidas, el día que más cuesta abrir los ojos para ir a la oficina, y en el que ningún desayuno vale la pena.

Talvéz me dirás que no es directamente tu culpa, y que todo esto es culpa de mis circunstancias y de todos los problemas en que me veo envuelto y desenvuelto, pero los Lunes no hablan así que no hay defensa posible a esta acusación.

Sos el cabrón día que me hace ver el siguiente viernes como un pasillo largo de hospital, frío y húmedo, con esas piezas en el piso amarillentas de la falta de amor al limpiarlo, y que no tiene final, sino más bien una pequeña curva que acelera las cosas los fines de semana para desembocar de nuevo en otro largo pasillo. Me imagino que el arquitecto de semejante obra (dios?) se habrá divertido a chorros y cagado de la risa al inventar tan horrible, tediosa y cíclica construcción, pero a mi no me hace nada de gracia.

He intentado todo en contra tuya: dormir todo el día para no verte, irme de fiesta Domingo para que te conviertas en mi día de descanso, o incluso ponerte un nombre nuevo. Pero nada parece funcionar.

Siempre estás ahi Lunes de mierda.

Y mientras sigas estando pues me resignaré a tener que sufrir con tu visita, de quitarme de mi lado a la gente que quiero, y de encontrarme los lunes con mis nudos en la cabeza al frente de esta computadora desahogandome de tus injusticias.

A pesar de todo, sueño con que un buen día de estos nos llevemos bien…

Con desprecio: YO!

El inconforme permanente y su inseparable maldición…

Posted in Mi transpiración... by neztha on julio 1, 2010

Había una vez un inconforme permanente el cuál no dejaba que se le escribieran cuentos, relatos, poemas, similares y afines. Excepto obviamente, este que se le hizo si autorización alguna, pasando por alto los deseos extravagantes de su ser.

Lo único que quería leer a pesar de todo, era su esquela cuando muriera, lo cual le provocaba un conflicto de intereses, ya que para poder leerla, necesitaría estar vivo, por lo que esta esquela entonces no sería de su muerte… a no ser que la fingiera.

Para el inconforme permanente fingir nunca fue opción. Prefería ser odiado por su manera particular de odiarlo todo, antes que lo quisieran por sentimientos no sinceros. No entedía como algo tan sublime como un orgasmo podía ser fingido, como millones de normales fingían amor, preocupación y hasta culpa.

Pero además odiaba de si mismo su manera como fingía vivir.

Aislado, buscaba una respuesta para no fingir su muerte, pero poder leer su esquela con el siempre añorado «Descanse en Paz» ya muerto, pero a pesar de todo, no morir en el intento.

Su permanente inconformidad hoy se encontraba con su magnífica imposibilidad. Le apasionaba más este pequeño cabo suelto entre su vida y su muerte, que saber que iba a almorzar.

Sin soluciones, pasó tres medios días sin saber que hacer.

Los otros tres medios días se la pasó inconforme por su incapacidad de planeamiento, inconforme por no saber cómo leer después de muerto.

Una opción era quedar en la tierra como un fantasma, pero quedaría inconforme al no llegar como mínimo al mismo infierno. Además nada le garantizaba que podría con su hectoplasma de fantasma, poder manipular objetos como un periódico sin dañar sus hojas, o provocar un susto en los transeuntes del puesto de periódicos de la Calle Algarabía, ya que lo pondría inconforme haber causado un pánico colectivo solo por satisfacer su extravagancia.

Y así siguió el inconforme permanente durante un par de siglos hasta que se aburrió, y aburrido de ser inconforme se dedicó a vivir inconformemente sin fingir que vivía y sabiendo que no iba a fingir su muerte para no ser un fingidor inconforme, y quedarse siempre como inconforme permanente gozando y sufriendo todos los días de su inseparable maldición…

Por lo menos en esto, si estaba de acuerdo…

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