Amigos Antagónicos

Que no nos separe la cebolla…

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 30, 2010

Este se supone que es un cuento tradicional, pero como todos los míos, no tiene moraleja… Así que empezemos como Walt Disney manda…

Érase una vez, en un mundo no muy diferente a este, un par de seres topados, conocidos y encontrados por accidente. De esos accidentes universales, cargados de emoción y casualidades, que desembocan en deseos tardíos y muchas veces en resignación apática; pero, muy pocas veces, como esta vez, en este par de seres aficionados a creer en lo prohibido e imposible, suceden cosas… y muy buenas cosas. Bueno por lo menos por un rato, o mientras dure.

Pues las cosas empezaron a suceder. Sus palomas mensajeras volaban todos los días de ventana a ventana, de puerta a puerta, de acera a acera, contándose y haciéndose parte de sus vidas, alegrías y malos momentos… inventando cómo a estos, hacerlos buenos, y si no había manera de hacerlos buenos, pues dejándolos de lado un rato e inventándose un mundo imaginario donde lo imposible era realidad y toda probabilidad era verdad absoluta; cabe recordar que era un mundo con muy pocas metáforas y ni una sola hipótesis, pero a no ser que ustedes lectores practiquen la antropología, estas últimas lineas no aportan casi nada.

¿Y qué tiene que ver el título de la cebolla hasta este momento? – preguntará el más curioso o curiosa de ustedes niños lectores. Por ahora tengan paciencia y concéntrense en las palomas.

Las palomas empezaron transportando palabras más, palabras menos, luego notas musicales sobre papel, pero llegó el momento, en que nada de esto bastaba… se enviaban mensajes que llegaban vacíos, porque las emociones muchas veces es imposible escribirlas, plasmarlas o reflejarlas sobre un insípido papel, o los mensajes eran tan pesados que se necesitaba más una cigueña mensajera que una paloma, y las cigueñas por convención de los cuenta cuentos son las que entregan niños, y a esta historia de estos dos, por ahora no le hacen falta niños.

Cuando las palabras no bastaban, las palomas cesaron sus viajes; los dos seres sabían que el próximo paso era comunicarse de frente y ver que pasaba…

Y pasó…

Las palabras fueron pocas, las sensaciones muchas; una mirada y ya sabían que hablaban. Muchas miradas y caricias tenían las palabras que muchas veces se habían leído.

Las palabras al aire se sustituyeron luego por el lenguaje de la piel, ese idioma raro que muy pocos dominan y muchos intentan disfrutar… esa piel los mantuvo despiertos, los dormía para luego despertarlos de nuevo con el mínimo roce, al mínimo contacto… la piel fue palabra y verbo, impregnándose por una mañana, una tarde, una noche, días y semanas entre los dos seres, hasta el momento mágico, dónde todo queda en silencio y dejaron de ser dos… Ese silencio inexplicable, cargado de éxtasis, hormonas y sensaciones súbitas y aleatorias; si nunca han sentido ese silencio niños, dejen de leer y salgan a buscarlo, porque hasta acá este cuento es donde vale la pena…

A la mañana siguiente, uno de los dos seres preparaba el desayuno mientras el otro despertaba en la cama… un olor fuerte llegó hasta este último, olor que le repugnaba y aborrecía; fue cuando inmediatamente pensó: «todo tan perfecto y ahora esto; ojalá que no nos separe la cebolla…»; el inconforme permanente y su inseparable maldición…

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Lobo Estepario

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on junio 29, 2010

Yo voy, lobo estepario, trotando
por el mundo de nieve cubierto;
del abedul sale un cuervo volando,
y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto.
Me enamora una corza ligera,
en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso;
con mis dientes y zarpas de fiera
destrozara su cuerpo sabroso.
Y volviera mi afán a mi amada,
en sus muslos mordiendo la carne blanquísima
y saciando mi sed en su sangre por mi derramada,
para aullar luego solo en la noche tristísima.
Una liebre bastara también a mi anhelo;
dulce sabe su carne en la noche callada y oscura.
¡Ay! ¿Por qué me abandona en letal desconsuelo
de la vida la parte más noble y más pura?
Vetas grises adquiere mi rabo peludo;
voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres;
hace tiempo que ya estoy sin hogar y viudo
y que troto y que sueno con corzas y liebres
que mi triste destino me ahuyenta y espanta.
Oigo al aire soplar en la noche de invierno,
hundo en nieve mi ardiente garganta,
y así voy llevando mi mísera alma al infierno…

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Cómo nos conoce la gente (a propósito de mi Junio #29)

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 22, 2010

Ultimamente vivimos detrás de avatares, de máscaras, de comentarios y de citas que alguien más haya escrito, las cuales por instantes nos hacemos de nuestra pertenencia.

Suelo salirme de mi mismo y ver las cosas desde perspectiva; así me descubro mis egoísmos, mis soberbias y señalo fácilmente mis errores…

Pero además logro ver las cosas puras, lo que uno realmente hace sin querer provocar daño a nadie, lo noble, lo sincero… y todas estas cosas se pueden manifestar de las más diversas maneras: desde un beso sincero, hasta aprovechar el tiempo y espacio que nos da una noche para liberar todos los demonios y dejar de ser uno por un momento… al otro día al abrir los ojos, vuelvo a mi, a mi vida, a mis carencias, soledades, pero también alegrías y responsabilidades…

Ayer mi hijo no quería irse a la cama porque dijo que estaba «jugando con mi mejor amigo»… si puedo estar orgulloso de algo en estos 29 Junios, es de esto: logré ser el mejor amigo de mi hijo… a pesar de mis carencias, problemas emocionales y de depresión crónica que no me dejan andar el mejor ánimo siempre, para él soy su mejor amigo, su compinche, el que (me imagino) le va a enseñar a lidiar con todos los vicios y medicamentos con los que yo lidio hoy… o él, es el que a la larga, me va a lograr levantar el ánimo y terminar de convencerme de que vale la pena vivir sin pastillas o motivarse a punta de licor u otras sustancias…

Hace un par de días le escribí a él una carta, que por privacidad no publico hasta que él lo autorice, pero que en una línea decía «no pretendo que estés orgulloso de mis acciones; solo espero que te haya enseñado lo suficiente para que aprendas de las tuyas…»

La gente nos conoce (o piensa que lo hace) por todo lo que reflejamos hacia afuera, y muy pocos, se encargan de conocerlo a uno por dentro… a lo largo de estos 29 Junios, le he hecho mal a gente que no se lo merecía, incluso a mis mejores amigos (que a pesar de todo siguen siendo mis amigos); pero también he enderezado muchas cosas, me he repuesto de muchas caídas, he logrado crear, transformar, consolidar y dejar en la historia ideas, ocurrencias e incluso mis propias patologías, en forma de TV, Radio, Música y escritos… llevo varios años prometiéndole a mis amigos terminar mi libro de crónicas y el otro de cuentos inmorales, y estrenarlo en alguno de mi cumpleaños, pero siempre me aplico un auto-sabotaje y todo queda en planes… a ver si en los 30’s lo logro…

La gente piensa que lo conoce a uno por sus adicciones o sus Sábados de fiesta, cuando no se imaginan que lo que realmente lo llena a uno es ver con mi hijo Bob Esponja a medio día, ver peliculas acostados en el suelo en las tardes y las ocurrencias de Louis Theroux en las noches… todo esto en un domingo en familia.

Así que al final, casi nadie nos conoce, solo nos perciben… así que a todos los que me han percibido de mala manera, por cualquier cosa, tómense cinco minutos y hablemos de cualquier cosa… a los que me perciben bien, sigamos en contacto, que podemos seguir aprendiendo juntos… y a los y las que me conocen, GRACIAS por estar en las buenas y en las malas…

Hagamos que, cuando ya no estemos aquí, alguien pueda contar cuánto tiempo hemos vivido realmente… y sonría…

29

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on junio 22, 2010

Hagamos que, cuando ya no estemos aquí, alguien pueda contar cuánto tiempo hemos vivido realmente… y sonría…

La Calavera…

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 15, 2010

Estaba sentado en alguna parte de este mundo (que no es tan grande) tomándome una cerveza, cuando de pronto apareció una Calavera, se sentó a mi lado y me contó su historia:

“Yo era normal, pero no sabía que hacer.

Pasé mi vida haciendo de todo pero todo lo hacía mal.

Un día me hicieron una oferta y no me pude contener para aceptarla; no había nada mejor que hacer.

La noche antes del primer día de mi nuevo trabajo, salí a despejarme un poco; tomé y me drogué como nunca. Talvez piense que soy una irresponsable, pero no: yo era normal, pero no sabía que hacer.

Además en mi nuevo trabajo no precisaba llegar sobria, nada más ocupaba poner mi cuerpo y seguir instrucciones; así que me enfiesté, más por miedo que por alegría.

Al otro día desperté aturdida y empecé a acomodar mi cabeza. Mi trabajo empezaba tarde, casi en la noche, eso si, no podía ser impuntual.

Cuando llegó la hora salí de mi casa y llegué a tiempo; aún así no me sentía muy segura, así que me di coraje con droga. No puedo negar que estaba nerviosa.

Me empecé a familiarizar con el espacio; cuando los sentidos se alteran todo se ve más amplio, los movimientos son más lentos.

Y me llegó la hora de actuar.

Cumplí mis instrucciones, capté las señales a las que tenía que prestar atención, fui la marioneta que querían que fuera… una carnada; entonces el brazo de una diosa me tomó por el cuello y pegó a mi cabeza el frío acero que me condenaría luego.

A partir de ese momento todo empezó a pasar lento. Las personas a mi alrededor dejaron de verme igual. A partir de ese momento ya no había marcha atrás; en ese momento me convertí en Calavera.

En medio de todo aquel ruido yo era aparte de espectadora, partícipe de todo un fiasco. Puede usted preguntarse ¿Cuál era mi trabajo?, pues ese, usar mi cuerpo como escudo, como trinchera, como artefacto de defensa y ataque.

Yo era normal, pero no sabía que hacer.

En las instrucciones todo acabaría rápido, en la realidad no fue así.

Todo parecía acabar cuando caminaba hacia atrás sintiendo el frío acero en mi cabeza y el cuerpo de la diosa en mi espalda, pero algo salió mal; uno nunca se fija en los detalles cuando todo va saliendo bien. El destino atravesó un obstáculo cínico entre el delito y la libertad, y cambió todos los papeles.

El frío acero ya no estaba en mi cabeza pero estaba aun más asustada.

No me quedó nada más que hacerme la víctima.

El ser humano se pasa la vida cometiendo errores, y cuando tienen todo en sus manos cometen los peores.

El obstáculo se sintió invencible, y en lugar de dejarse el frío acero en sus manos, lo entregó a las mías.

Yo era normal, pero no sabía que hacer.

Y ahí me vi, como todos los normales que no saben qué hacer, con el frío acero en las manos, con mis sentidos alterados, y como dueña de lo que pasaba.

En ese momento ya era Calavera, y no había marcha atrás.

Yo, con el frío acero en mi mano, quise salir, pero el obstáculo del destino me intentó hacer entender por la fuerza, y una bala perdida se convirtió en mi castigo.

Yo era normal, pero no sabía que hacer.

Cuando desperté estaba en una silla de ruedas pidiendo limosna en esta vida.

Esa fue mi prisión. Ya no era más Calavera, porque no podía andar. A partir de ese día fui victima pero de mis propios actos.

A la diosa nunca la volví a ver, ahora solo existe en mi cabeza, y a veces me habla en las noches de locura.

Yo, esclavizado a mi silla, amarrado a mi vida, me rehusé a seguir así, y un buen día –todavía no sé para quién- me lancé al vacío, donde los gusanos comieron mi carne y dejaron mis huesos.

Yo era normal, pero no sabía que hacer.”

En ese instante parpadeé, y al abrir los ojos, La Calavera había desaparecido y mi cerveza estaba vacía. Pagué la cuenta y salí del bar.

Cuando estaba en la acera escuché un disparo, y tres segundos después, la Calavera gritó.

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Ella baila sola…

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 14, 2010

Son las ocho, nueve o diez… desde hace horas, el detalle del tiempo es innecesario… tus relieves me despiertan, y hoy puedo asegurar que es mentira que al amanecer te ves mal. Me prometo recordarlo luego.

Ayer fue una de esas noches en las cuales con resignación, esperas la disolución de lo que pudo haber sido, pero te encuentras con la sorpresa de que aveces las ganas pueden más que la razón. Que todas las palabras, los hechos y la moral, se hacen a un lado y dejan ser, hacer y sentir. Fue una noche que aún vive en mis manos y recuerdan mis labios, que se fueron de paseo y permitieron que el mundo continuara en medio de sumas de placer…

Bastó ponernos de acuerdo en frenar, para acelerar. Para consumir la noche en un sillón desentendiendo del mundo alrededor.

Fue tu decisión estar ahí, parar el tiempo, bailar sola. Fue tu decisión no dormir, frenar, acelerar, abrazar, acariciar… verte linda, llegar al punto de que no había vuelta atrás.

Fuimos la cura para todo mal. Amanecimos en medio de trances, de nudos y desenredos, en un lugar no muy cómodo transformado en una especie de altar…

Y así me quedé, mirándote, hasta que pensé la primera linea de esta historia.

Abriste los ojos… «porque no dormís?» – me dijiste.

«Sabés que es mentira que te ves fea sin maquillaje y después de habernos ido de fiesta?» – respondí… «Te estoy cuidando»…

Un beso, un abrazo, y a soñar…

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Cosas de cosas…

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 11, 2010

Hay cosas que a lo largo de la vida no se dejan de sentir…

Recuerdo de niño mis nudos en la garganta; este como el que siento hoy. Que me enmudece, me amarra, me calla; si abro la boca no pueden salir palabras, sólo lágrimas.

Recuerdo la sensación de «enamoramiento», esa que a la víspera le altera a uno el pulso, que hace ver que parece que todo está conectado y confabulado para ver y disfrutar lo que en ese momento se piensa (siente?) que se quiere… llamadas inconscientes a la presencia de «esa» persona, conversaciones en la cabeza en la que siempre estábamos de acuerdo… un deseo de comerse el mundo con una sonrisa, un mundo donde nada ni nadie nos podría juzgar o influenciar… cada día es más escasa esa sensación…

Recuerdo una mañana, en la que nos pasamos de casa, todo el mundo contento acomodando cosas, y solo yo sentado, con los ojos cerrados en una mecedora… como queriendo obviar lo inevitable. Recuerdo la impotencia de sentir que nadie me entendía y que igual no podría explicar lo que me pasaba. Eso, últimamente me pasa todos los días, con el agravante, de que ahora los químicos me ayudan a dormir o a distraerme, no las ganas de descansar de un mundo que no entendía…

Hoy técnicamente padezco una asfixia emocional… que no me deja respirar y creer que todo va a estar bien…

Recuerdo la oficina de mi primer psiquiatra, ese frío particular de los consultorios y ese olor raro, de enfermos; no tenía mucha luz y siempre me hacían dibujar; recuerdo que lo primero que le dije era que no me gustaba ir a la escuela porque me daba miedo quedarme encerrado en el aula. Desde ahí no me sentía cómodo viviendo encerrado, aprisionado. Hoy, cada vez que voy por un vaso de agua a la cocina de lo que dicen es «mi casa», veo por la ventana llena de barrotes, dos pericos enjaulados, una malla, y doble fila de alambre navaja… vivo en mi pesadilla, en mi prisión, con salidas consentidas a encerrarme en las cuatro paredes de mi oficina para luego volver a mi celda. No me quejo, tengo más de 100 canales, todos los deportes, juegos de vídeo para vivir fantasías, comida, licores, una esposa incondicional y ejemplar, y un hijo hermoso para re inventarme cada día. Pero me siento encerrado, como ese primer dibujo… con trazos de psicópata, con orillas fuertes y centros con desgano… pésimas combinaciones de colores y cero sentido plástico…

Igual y el psiquiatra no era ningún erudito del arte, pero siempre me ha gustado quedar bien…

Si tuviera que encontrar a un culpable, sería a mi mismo. Por pendejo. Por siempre esperar. Por no poder comunicar lo que siento, lo que quiero, lo que necesito.

Soy el culpable de mal acostumbrar a quienes me rodean, que siempre esperan 120% de energía por fuera, aunque adentro me desmorone a pedazos…

Hay cosas, hay gente, que le devuelven a uno esperanzas, que lo reviven, rejuvenecen y animan…

Un día hablé con un señor muy sabio, el cual me dijo que su principal problema era «que amaba a demasiada gente de maneras muy distintas»; por fin alguien dio en el clavo de mis penas…

Toda la gente que quiero, siempre sale herida porque quiero de manera diferente a otra gente… y para muchos en este planeta, uno solo puede querer y ser exclusivo de otro; está prohibido sentir algo más…

Por eso me gustaría otra vida, pero en otro planeta…

Partes descriptivas del temible (y amable) lobo de la estepa…

Posted in Inspiración de otras partes... by neztha on junio 10, 2010

«Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad. Singularmente éstos eran, por lo general, los más decepcionados e irritados, y de este modo llevaba el lobo estepario su propia duplicidad y discordia interna también a todas las existencias extrañas con las que se ponía en contacto.»

Herman Hesse hablando de alguien parecido a mi…

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De besos y sucesos

Posted in Mi transpiración... by neztha on junio 7, 2010

Hay besos de todo tipo; rápidos, tiernos apasionados, rebeldes, bruscos…

Están los besos por compromiso, los que no saben a nada más que a trámite, culpables de la rutina, de las mismas palabras; normalmente son los que llevan al sexo casual o los que se dan durante años las parejas que nunca tuvieron los pantalones para mandarse al carajo…

Pero también están los verdaderos, los que aunque duren microsegundos, uno, en su ser, los siente. El mejor ejemplo que podría poner son los besos aleatorios de mi hijo, cuando de la nada, se acerca y me los da con un «papá yo te amo»… ese beso acompañado de esa palabra que denota un sentimiento sobrevaluado, lleno de fantasías, pero que en sus labios y voz se convierten en reales, en sinceros e irremplasables aún con mis imperfecciones, aún cuando aveces no me siento lo mejor para jugar como lo quisiera todas las noches, aún con mis miedos de que todas mis patologías lo afecten, él, mi hijo, siempre tiene un beso sincero en el momento en que más lo necesito. Él, no necesita que yo me sienta como un verdadero padre o esposo para decirme papá. Él me acepta como soy hoy, como seré mañana. Él se alegra cuando me rio hoy, y me intentará alegrar cuando llore mañana. De hecho, lo hizo esta mañana.

También existen besos con expectativa; algunos llegan y no se vuelven a recordar. Otros, en cambio, aunque duren segundos, se andan en los labios siempre.

Existe el día del beso, pero también debería de existir el día del beso robado. El mejor de los besos.

Esos besos robados en el lugar más improbable del mundo, que también duran segundos pero se quedan viviendo en los labios por mucho tiempo. Esos besos que no se saben si se lograrán repetir o se sentirán igual si hay una «otra vez». Esos besos de madrugada que cortan la respiración y hacen de un instante algo lleno de sensaciones.

Hay besos de besos. Y a partir de hoy, haré las de mi hijo, y daré solo los verdaderos…

Hoy se me salió lo cursi, pero que diablos, es lunes…